Algo nos mueve y nos remueve,
nuestro interior intranquilo no ceja
nuestros órganos se manifiestan desacompasados
y nuestro cuerpo es una guitarra de tres cuerdas.
Hablo de la conciencia,
la tan traida y llevada.
Donde vamos todos, va ella,
y mas nos vale tenerla limpia
si no queremos morir en el intento.
martes, 14 de abril de 2009
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