Eres la luz inextingible en mi firmamento,
la estrella que me guía en el peregrinar
en esta vida, ¡tan nuestra!, ¡tan plena!.
Tu amor es, ¡la mejor venganza, Andrés!
¡Te quise siempre!, ¡desde siempre! y ¡para siempre!
Me congratulan tu sonrisa y tu FE...
Y, yo, te doy: mi brillo y mi LEY: (en TODO, AMAR y SERVIR).
Un brillante llevo en mi sortija,
¡que va! ¡son cinco!, ¡tu rosario!.
Es tu oración, tan contagiosa... que en mi mano
la llevo cada alborada, cada anochecer...
¡Contigo siempre voy!
jueves, 27 de marzo de 2008
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