Mi alma, alegre me habita
pues una doncella, virgen y hermosa,
la posee...
Su delicada dulzura,
y su destreza en el arte de las letras,
la convierten en rico pergamino
para el mejor paladar.
Alegre eres doncella,
¡tanto!
que el hermoso jardín que recorres cada día,
hasta llegar a palacio,
resuena en trinos y gorgeos, ¡sólo para tí!
La fama de tu belleza,
se ha extendido, y ¡tu alma! ¡amada mía!
¡virginal y poderosa! ¡sólo para mí es!
¡te quiero, alegre doncella!
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