Nació sin querer,
sin avisar, sin esperar.
Nació un día de mis quince años
para alojarse en ellos
para horadar la paz que tenían...
para sembrar la inquietud que no conocian...
para anidarse en ellos
así, sin pensar acariciando su edad
Ahora, alcanzada la madurez,
¡bendito tiempo!
¡viejos fantasmas!
grito a la vida un canto nuevo
¡ESPERANZA!
domingo, 14 de diciembre de 2008
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1 comentario:
Testimonial y dramático con feliz final. Mereció la pena. Tiene calidad y sensibilidad. Un berso.
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